26 julio, 2006
CUENTOS DE MI ABUELITA 3
Aca les presento otro de los cuentos que ha escrito mi abuelita Nena.
HISTORIA DE MAMA GALLINA.
Historia real - 1° Parte
Queridos amiguitos:
Si yo les digo que soy una gallina y que les voy a contar mi vida ¿ Qué dirían? – ¡Claro… que no puede ser, porque las aves no hablan!... es verdad, no hablan, nuestro idioma, pero así y todo… “los invito a entrar en el mundo de la fantasía, donde todo es posible, conozcan esta historia de gallinero.
Me presento: Soy una gallina Castellana, bastante dejada de la mano de Dios, pequeña, mal vestida y de “mediana” edad, vivo en un regio gallinero con varias gallinas y un hermoso gallo.
Siempre he querido ser mamá, pero no lo he conseguido, estoy cansada de ver a mis amigas, pasear todas anchas con sus parvadas, satisfechas y orgullosas, comentando de mí y con sorna decir : ... “ ahí va la “Tía Castellana”.
A veces, cuando se quedan los huevos en el nido, por fin veo mi oportunidad y me ensueño toda la noche, rogando que no amanezca para no despertar de mi ilusión, pero no… al medio día, llega la “Sra.”... me saca de las plumas, con bastante malos modales y veo con tristeza , cómo se lleva en una fuente, mis añorados posibles polluelos.
De tanto desear ser mamá, me lo pasaba todo el día en el nido y no ponía huevos, tanto insistí, que un buen día, me encontré con diez huevos debajo de mí ¡Qué alegría! Tenía miedo moverme, pensando que una vez más,…solo sería un sueño, pero …para mi alegría, los días pasaban y pasaban y, la bendita Sra. no me molestó más. Tenía mis propios huevos, al fin estaban conmigo. No me levantaba ni a comer…!No!... esta vez, no dejaría sacar mi nidada de nuevo.
Por fin dejaría de ser la “Tía” en el paseo diario por el jardín.
2ª Parte
CONTADO POR OTRA GALLINA.
Después de 21 días, salieron del cascaron seis pollitos, se la podía ver en el jardín, con sus plumas crespas, de tanta alegría.
Pero no todo podía ser tan hermoso, pasaron varios días y solo vio, cinco pollitos, le faltaba el más pequeño, al día siguiente solo tenía tres, hasta que solo le quedo uno.-
¿Qué había pasado? ... nada menos que un gran y feo ratón se llevo sus pollos, poco a poco.- Cuando solo le quedo uno, la abuela de la casa, por temor a que también desapareciera… a la hora de la teleserie, lo envolvía y lo llevaba con ella, todos los días, para así estar tranquila que el pollito estaba en un lugar seguro, pero lo malo, es que dejaba a mi amiga desesperada llamándolo, pero, parecía entender que la abuela lo tenía, porque cuando, ella salía, daba vueltas a su derredor y la picoteaba pidiendo su pollo, eso era de todos los días.
Pero un día, que la abuela no estaba, alguien, les puso agua en un tarro, -cosa, que la abuela evitaba- el pollito como tenía sed trató, con sus pequeñas alitas, subir -para su tamaño- al gran tarro hasta que logró alcanzar el borde, pero para el colmo el agua estaba más abajo y... sucedió algo inevitable...cayó dentro. ¿Cuánto tiempo pasó allí piando?, no lo sabemos…pero sí al día siguiente… cuando la abuela les llevaba el alimento, vio extrañada que mi amiga Castellana, estaba echada al lado del tarro con agua, negándose a salir de allí, llamando a su pollito. Se acercó entonces curiosa la abuela…y con desconsuelo vio en el tarro medio de agua…. ¡ al pollito ahogado!.-
Mi amiga, estuvo todo el día igual, echada al lado del tarro, y al tratar de sacarla de allí, volvía desesperada corriendo adentro, llamando a su pollito, no podía entender que hacia allí… ¡por tanto tiempo!…
Transcurrieron los días y la gallina “mamá”, cada vez que veía a la abuela, la rodeaba, picoteando sus vestidos, y mirándole las manos, esperando aún …que ella tuviera a su hijo, y se lo devolviera algún día al parecer… no olvidaba que la abuela, lo llevaba a ver televisión.
Moraleja: “ y… de cual ¿Cabeza de pollo? se habla.”
HISTORIA DE MAMA GALLINA.
Historia real - 1° Parte
Queridos amiguitos:
Si yo les digo que soy una gallina y que les voy a contar mi vida ¿ Qué dirían? – ¡Claro… que no puede ser, porque las aves no hablan!... es verdad, no hablan, nuestro idioma, pero así y todo… “los invito a entrar en el mundo de la fantasía, donde todo es posible, conozcan esta historia de gallinero.
Me presento: Soy una gallina Castellana, bastante dejada de la mano de Dios, pequeña, mal vestida y de “mediana” edad, vivo en un regio gallinero con varias gallinas y un hermoso gallo.
Siempre he querido ser mamá, pero no lo he conseguido, estoy cansada de ver a mis amigas, pasear todas anchas con sus parvadas, satisfechas y orgullosas, comentando de mí y con sorna decir : ... “ ahí va la “Tía Castellana”.
A veces, cuando se quedan los huevos en el nido, por fin veo mi oportunidad y me ensueño toda la noche, rogando que no amanezca para no despertar de mi ilusión, pero no… al medio día, llega la “Sra.”... me saca de las plumas, con bastante malos modales y veo con tristeza , cómo se lleva en una fuente, mis añorados posibles polluelos.
De tanto desear ser mamá, me lo pasaba todo el día en el nido y no ponía huevos, tanto insistí, que un buen día, me encontré con diez huevos debajo de mí ¡Qué alegría! Tenía miedo moverme, pensando que una vez más,…solo sería un sueño, pero …para mi alegría, los días pasaban y pasaban y, la bendita Sra. no me molestó más. Tenía mis propios huevos, al fin estaban conmigo. No me levantaba ni a comer…!No!... esta vez, no dejaría sacar mi nidada de nuevo.
Por fin dejaría de ser la “Tía” en el paseo diario por el jardín.
2ª Parte
CONTADO POR OTRA GALLINA.
Después de 21 días, salieron del cascaron seis pollitos, se la podía ver en el jardín, con sus plumas crespas, de tanta alegría.
Pero no todo podía ser tan hermoso, pasaron varios días y solo vio, cinco pollitos, le faltaba el más pequeño, al día siguiente solo tenía tres, hasta que solo le quedo uno.-
¿Qué había pasado? ... nada menos que un gran y feo ratón se llevo sus pollos, poco a poco.- Cuando solo le quedo uno, la abuela de la casa, por temor a que también desapareciera… a la hora de la teleserie, lo envolvía y lo llevaba con ella, todos los días, para así estar tranquila que el pollito estaba en un lugar seguro, pero lo malo, es que dejaba a mi amiga desesperada llamándolo, pero, parecía entender que la abuela lo tenía, porque cuando, ella salía, daba vueltas a su derredor y la picoteaba pidiendo su pollo, eso era de todos los días.
Pero un día, que la abuela no estaba, alguien, les puso agua en un tarro, -cosa, que la abuela evitaba- el pollito como tenía sed trató, con sus pequeñas alitas, subir -para su tamaño- al gran tarro hasta que logró alcanzar el borde, pero para el colmo el agua estaba más abajo y... sucedió algo inevitable...cayó dentro. ¿Cuánto tiempo pasó allí piando?, no lo sabemos…pero sí al día siguiente… cuando la abuela les llevaba el alimento, vio extrañada que mi amiga Castellana, estaba echada al lado del tarro con agua, negándose a salir de allí, llamando a su pollito. Se acercó entonces curiosa la abuela…y con desconsuelo vio en el tarro medio de agua…. ¡ al pollito ahogado!.-
Mi amiga, estuvo todo el día igual, echada al lado del tarro, y al tratar de sacarla de allí, volvía desesperada corriendo adentro, llamando a su pollito, no podía entender que hacia allí… ¡por tanto tiempo!…
Transcurrieron los días y la gallina “mamá”, cada vez que veía a la abuela, la rodeaba, picoteando sus vestidos, y mirándole las manos, esperando aún …que ella tuviera a su hijo, y se lo devolviera algún día al parecer… no olvidaba que la abuela, lo llevaba a ver televisión.
Moraleja: “ y… de cual ¿Cabeza de pollo? se habla.”